Os dejo un artículo que he escrito y se ha publicado en el Diario de Mallorca el martes 13 de diciembre de 2011.
25 años luchando contra el analfabetismo
Este año se cumple los 25 años de la Escuela de Adultos de Calvià. No ha habido celebraciones. Casi nadie se acordaba de sus orígenes ni de la urgencia social de su creación. Cualquier tiempo pasado, enterrado queda. Una mujer que hace 20 años allí aprendió a dibujar de la "a" hasta la "z" y a contar muchos más números que los de su edad, que ya son muchos, me dijo dolida en su recuerdo: "¿Pero es que el centro no va a celebrar el aniversario de la escuela?". La única respuesta que le pude ofrecer fue: "no lo sé, pero mis alumnos y algunas personas más, sí lo celebraremos". No hubo discursos institucionales, sólo el de reconocimiento a los que pusieron su empeño en ofrecer soluciones a las personas que carecían de frases con sujeto verbo y predicado. No hubo subvenciones, pero no faltó un menú festivo. La solemnidad del acto giró en torno a un documental realizado por los alumnos donde quedaban grabadas entrevistas a las personas que recordaron lo que fue y lo que es la escuela.
Una de las consecuencias de la llegada masiva del turismo a Mallorca fue el auge del analfabetismo en la isla. Los hoteles eran los principales lugares de trabajo para inmigrantes sin estudios o con escasa formación académica. El crecimiento económico de las Balears elevó el nivel de vida de la población insular, pero no aumentó el nivel cultural de una población cargada de horas de trabajo en cocinas y limpieza de habitaciones. Sus circunstancias socioculturales les organizó como clan pero les dificultó la adaptación a una nueva organización social que, sin dejar sus tradiciones, se había convertido en anfitriona del ocio.
Nadie que sienta la importancia humana y social que ha representado la Escuela de Adultos de Calvià puede olvidar que todo empezó en 1982, cuatro años antes de la inauguración del centro, cuando una iniciativa sindical impulsó una campaña de alfabetización entre los trabajadores de los hoteles del municipio de Calvià. El modelo de enseñanza que sirvió de referencia fue el que se estaba desarrollando con éxito en el barrio de La Mina, cerca de Barcelona. Los maestros formaban a un grupo de gitanos para que, a su vez, fueran quienes educaran a los demás gitanos del lugar. La teoría pedagógica consideraba que, en este caso, a un gitano le resultaría más fácil aprender de otro gitano.
Las enseñanzas aprendidas en el barrio de La Mina se aplicaron para formar como monitores de alfabetización de trabajadores de hostelería a un cocinero de hotel de Magaluf y a una camarera de planta de un hotel de Peguera. La campaña de alfabetización enseguida se generalizó a toda la población interesada. La forma jurídica que adoptó fue la de "escuela de adultos". Una vez creada la institución, el proceso de alfabetización tuvo continuidad en los estudios para la obtención del título de Educación General Básica. A los dos monitores se sumaron maestros que se dedicarían, especialmente, a las enseñanzas oficiales.
Y en marzo de 1986 abrió sus puertas la Escuela de Adultos de Calvià. Un centro educativo que, en su inicio, no tenía aulas. Los espacios eran prestados, sin medios que facilitaran el estudio. Los alumnos se repartían entre las salas de los hoteles y un local sindical. Luego llegaron las aulas cedidas por diferentes centros de enseñanza. Al final, manteniendo la dispersión territorial de algunas clases, se instaló en la avenida sa Porrasa de Magaluf la administración y la mayor parte de las aulas, en un edificio deteriorado y con las mínimas instalaciones educativas, donde, a la vez que se imparte la enseñanza secundaria obligatoria y la FP de segundo grado, se sigue luchando contra el analfabetismo.
El enlace al artículo es: http://www.diariodemallorca.es/opinion/2011/12/13/25-anos-luchando-analfabetismo/727887.html