martes, 27 de septiembre de 2011

En el 25 aniversario de la Escuela de Adultos de Calvià


LOS ORÍGENES DE LA ESCUELA DE ADULTOS 
DE CALVIÀ.
Miguel Ángel Miranda González



En 1982 surgió la idea de realizar una campaña de alfabetización entre los trabajadores de hostelería de Calvià. Ese proyecto fue el germen de lo que hoy es la Escuela de Adultos en Calvià.


En los años 80 la población de Calvià era mayoritariamente inmigrante, con una tasa de analfabetismo muy elevada y muchos sin una titulación académica oficial. La Comisión Ejecutiva del Sindicato de Hostelería de UGT se planteó la necesidad de ofrecer a los trabajadores hosteleros del municipio de Calvià una formación básica que les permitiera leer, escribir y realizar las operaciones aritméticas elementales y también ofertar los estudios para la obtención del título de Graduado Escolar. Dos miembros de la Comisión ejecutiva, Antoni García Salvador, secretario de organización, y Sebastián Lora, maestro pero que en ese momento era miembro liberado del sindicato UGT de Hostelería, fueron las personas que se encargaron de llevar a acabo la idea.


Antes de empezar había que saber cómo se podía emprender una empresa tan ambiciosa. La misma comisión ejecutiva consideró que era importante conocer el trabajo educativo que se estaba haciendo con gitanos del barrio de la Mina de Sant Adrià del Besos en la provincia de Barcelona. Para poder estudiar de cerca la labor que se realizaba en el barrio de la Mina, el Sindicato de Hostelería de UGT se puso en contacto con el Ayuntamiento de Calvià. El alcalde, del partido popular, Francisco Font, apoyó la iniciativa y ofreció una subvención de 15.000 pesetas para que Sebastián Lora y las maestras Josefa Gelabert y Rosalía Benítez se desplazaran al barrio de la Mina y conociesen de primera mano el trabajo que allí se estaba realizando. 


La labor educativa en el barrio de la Mina seguía el modelo del pedagogo Paolo Freire, que consistía en formar como educadores a unos cuantos gitanos voluntarios para que, a su vez, enseñasen a otros gitanos. El método consistía en que los monitores enseñaban a sus alumnos a partir de las vivencias cotidianas. La cercanía entre monitor y alumno era un estímulo para la superación del analfabetismo.


El triunfo inesperado del partido socialista en las elecciones municipales de 1983 en el municipio de Calvià, dio paso a una turbulenta situación política dentro del Ayuntamiento, lo que provocó la paralización de la puesta en marcha de la campaña de alfabetización y con ella de las ideas aprendidas en el barrio de la Mina. Esta situación duró hasta 1985 cuando una coalición de partidos dio estabilidad al gobierno del municipio. Entonces empezaron los preámbulos de la campaña de alfabetización y de su institucionalización en una escuela de adultos.


La voluntad de impartir formación a los trabajadores del sector hostelero que la necesitase, se amplió a la población del municipio. En 1985 el Ayuntamiento de Calvià, presidido por el socialista Francisco Obrador, decidió apoyar abiertamente la propuesta de alfabetización. Desde un principio se pensó que no se debía crear un centro educativo municipal, porque entonces resultaría poco estimulante para los que estuviesen interesados en obtener un título oficial. Por tanto, era necesario que en el nuevo centro hubiese participación tanto el Ayuntamiento de Calvià como de la Delegación Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia. El Ayuntamiento aportaría el personal administrativo del centro y monitores para las enseñanzas no regladas como, por ejemplo, los cursos de alfabetización. La Delegación Provincial, por su parte, destinaría maestros para dar los cursos oficiales de Graduado Escolar. El acuerdo entre el Ayuntamiento y la Delegación provincial fue un hecho. La gestión de los recursos económicos procedentes del Ayuntamiento la realizaría FUNDESCOP, una fundación que dependía directamente del sindicato UGT. Inicialmente, la sede administrativa de la Escuela de Adultos se instalaría en el local de la UGT ubicado en las Galerías Navarro de Magaluf.


Desde un principio, y siguiendo los aprendizajes del barrio de la Mina, los monitores municipales debían ser trabajadores con unas condiciones sociolaborales similares a las que tenían la población a quien iba dirigida las enseñanzas. En este caso fueron empleados del sector hostelero. El Ayuntamiento, por medio de las Federaciones de Hostelería y Enseñanza de UGT, contrató a dos monitores, Felisa Cuenca, camarera de planta del hotel Beverly Playa en Peguera, y Alfonso Martínez, cocinero del hotel Guadalupe en Magaluf (hoy profesor del centro). Por su parte, la Delegación Provincial destinó a tres maestros. La dirección de la escuela fue sugerida por el Ayuntamiento de Calvià y aceptada por la misma Delegación Provincial.


A finales de 1985 la familia García Salvador organizó en su casa una cena a la que asistieron Sebastián Lora y María Rigo, una maestra amiga personal de la mujer de Antoni García Salvador. Durante la cena los dos sindicalistas expusieron a la invitada el proyecto de creación de una escuela de adultos. María Rigo se sintió atraída por las ideas que escuchaba. Los dos sindicalistas la pidieron que fuese candidata a dirigir el centro educativo. Ella asintió. La candidatura de María Rigo, aceptada por el Ayuntamiento de Calvià, fue propuesta a la Delegación Provincial de Educación y Ciencia de Baleares. La Unidad de Programas Educativos de la Delegación, dirigida por Bartomeu Llinàs y coordinada por Carmen Pons, dio el visto bueno a su nombramiento. El delegado provincial, Andreu Crespí, la nombró directora de un nuevo y especial centro educativo, Y en Marzo de 1986 empezó su andadura la Escuela de Adultos de Calvià.

(Mi agradecimiento a Sebastián Lora, cuya información ha sido necesaria para la redacción de este artículo).